Pasamos horas pensando en cosas que jamás ocurrirán, en preocupaciones vacías de sentido, problemas inexistentes porque aún ni surgieron, sólo están en nuestra mente. ¿Cómo convivir con eso? Y sobre todo ¿cómo cambiar?
Muchos dicen que nadie cambia, Ok, los nadie, los nunca...han dejado de ser parte de mi vocabulario, eso para aquellos que prefieren ser "nadies" y que "nunca" tendrán el valor de atreverse. Cambiar, evolucionar, "reaprender", "reeducarnos"... Es costoso, y como siempre digo, " lo que cuesta es divertido".
Las personas no tenemos un precio, porque estamos hechos de principios y cimentados en dignidad, por lo tanto, para buscar ese cambio, vamos a jugar y hacerlo desde nuestros sentimientos, lo que pensamos y reflejamos. Como dice Ingrid Betancourt en esta frase " para cambiar el mundo, hay que llegar al corazón de las personas" por lo tanto, simplemente si queremos cambiar nuestro mundo, vamos a llegar a nuestro corazón, vamos a convencer a nuestros sentimientos que si podemos y muy importante, que nuestros sentimientos, se basen en el optimismo de nuestros días.
Cuantos de nosotros, somos conscientes que todo esto se termina, que la vida es un click y fin, ¿cuantos somos conscientes? Ahora al leerlo, todos, ¿y en nuestros días ?¿eso nos hace cambiar de actitud hacia el pesimismo? Ni siquiera nos afecta, hasta que circunstancias nos lo ponen delante, sólo ahí, minimizamos problemas... Pues ahora os digo, ¿quien os garantiza que mañana llegará? Con esta simplicidad, banal para algunos, desmontamos el mundo de preocupaciones y problemas que nos desvían de lo importante, vivir.
Deja el " laissez faire, laissez passer" ( dejar hacer, dejar pasar)...Actúa!!!! Cambia tu actitud!!! Cambia, añade, reeduca tus principios, y deja, abandona, y destierra las preocupaciones; la vida es un ahora constante, un presente inmediato, una obra de teatro sin guión, es lo que tu quieras que sea.
"Tu actitud, y no tu aptitud, será la que marque tu altitud"
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